La piel y el pelo sanos empiezan por una buena nutrición y control de parásitos, pero un buen aseo y cuidados de tu gato también ayuda. Con un cepillado o peinado regular y tal vez un baño ocasional, tu gato será el felino más presumido del barrio.
Cepillado y peinado, un buen cuidado de tu gato
Las bolas de pelo, formadas de pelo en el estómago del gato, pueden causar vómitos, estreñimiento y pérdida de apetito. Los gatos suelen toserlos, pero en algunos casos severos, las bolas de pelo deben ser retiradas quirúrgicamente. Puedes prevenir o reducir la propensión de bolas de pelo de tu gato cepillándolo regularmente, y dándole un alimento para gatos con control de bolas de pelo. Si el problema es grave o frecuente, lo mejor que puedes hacer es hablar con tu veterinario.
Si bien el cepillado es esencial para que un gato de pelo largo elimine los enredos y evite la formación de nudos, es bueno para todos los gatos. 
El cepillado elimina mucho pelo antes de que se caiga en los muebles y alfombras o se lo coma al asearse y convertirlo en bola de pelo. Pero además la atención cercana que le proporcionas a tu gato mientras lo cepillas también puede significar la detección temprana de bultos, protuberancias, llagas, o parásitos o cambios en la piel o el pelo que podrían indicar un problema de salud en desarrollo.
Encontrarás un montón de cepillos, peines y otros utensilios de aseo en cualquier tienda de artículos para mascotas (aunque obviamente te aconsejamos la nuestra), y las herramientas adecuadas hacen el trabajo mucho más fácil. Para el pelo largo y grueso, un pincel funciona bien. Si su gato tiene el pelo largo y sedoso, un cepillo de cerdas suaves hará el trabajo. Un cepillo de goma es bueno para eliminar el vello de las capas cortas. Los peines recubiertos de metal o teflón son útiles para los toques finales, especialmente en capas largas. Un peine para pulgas, que tiene dientes pequeños y muy espaciados, es útil si sospechas que tu gato tiene “pasajeros”.
Empieza por cepillarle en la parte delantera, levantando pequeñas secciones de pelo con el cepillo y cepillándolas hacia delante, hacia la cabeza. Asegúrate de recoger el pelo a nivel de la piel -sin pinchar la piel de tu gato- para evitar que el pelo del subpelo se forre cerca de la piel. El cepillado a contra pelo puede que excite a tu gato, así que ve despacio y, si es necesario, cepíllalo en pequeñas secciones a la vez hasta que se acostumbre al procedimiento. Después de cepillar el pelo hacia adelante, empezando por la parte posterior, cepilla las secciones de pelo en la dirección correcta. Repite en el otro lado. No olvides su pecho y cola y, cuando tu gato se sienta cómodo con el aseo, su barriga. Sigue el cepillado con un peine de metal o teflón si lo deseas.
Cuando la humedad es baja, su gato podría convertirse en una dinamo de electricidad estática andante, si eso sucede, considera el uso de un humidificador para aumentar humedad a tu hogar.
Cepillar una capa completamente seca puede crear electricidad estática y también puede romper el cabello. Si tu gato lo permite, rocía ligeramente su pelaje con agua de una botella rociadora (un rocío de niebla fina por área es suficiente) antes de cepillarlo. La mayoría de los gatos no permiten un comportamiento tan grosero por tu parte. Si es el casi de tu gato, rocía mejor el cepillo.
El pelaje mate tiende a retener la humedad y el aceite de la piel, lo que puede provocar inflamaciones de la piel y proporcionar lugares de anidación para las pulgas y otros parásitos.
Los nudos pueden ser muy difíciles de quitar, y es demasiado fácil cortar la piel cuando se trata de cortarlos uno a uno. Puede llevarlo a un peluquero para que se los quite sea la mejor opción. Una vez que su abrigo esté libre de nudos, el cepillado regular ayudará a mantenerlo así.
¿Puedes bañar a un gato?
La mayoría de los gatos no necesitan bañarse con mucha frecuencia, pero hay veces en las que el baño es necesario. Los gatos que concursan se bañan regularmente mientras se preparan para la competencia, y aprenden de la gatita a aceptar agua, champú y secador como parte de la rutina. Así que sí, puedes bañar a un gato y vivir para contarlo.
El baño de gatitos es esencial a veces por razones de salud. Los baños pueden ser útiles para los amantes de los gatos que son alérgicos a los gatos. Si tu gato está expuesto a una sustancia tóxica -ha estado en el césped tratado con productos químicos para el césped o que ha caido aceite de motor en su piel- un baño es imprescindible para evitar que ingiera el veneno mientras se limpia. Si recojes a un gato callejero o llevas a casa un gato de refugio, puede que necesite un baño. En resumen, es bueno saber cómo bañar a un gato.
La preparación ayudará mucho a que el baño sea suave. Cepíllalo antes de bañarlo. Esto es especialmente importante en aquellos de pelos largos. Querrás quitar los enredos y los nudos, porque una vez que están mojados, son casi imposibles de peinar.
Elije un champú formulado especialmente para gatos. El pH de nuestra piel es diferente al de un gato, y los champús humanos resecarán la piel y el pelo de tu gato, dejando la piel susceptible a la irritación y a posibles infecciones. Usa champú con moderación. Lee las instrucciones. Algunos champús para mascotas son concentrados y necesitan ser diluidos.
Hay disponibles champús especiales para usos especiales. Los champús sin enjuague se mojan pero no necesitan enjuagarse, lo que puede ser útil para una limpieza rápida. Los champús secos de gato pueden ser útiles si no quieres mojar al gato, y algunos son eficaces para tratar naturalmente la piel de por si grasa. También hay champús especiales que se dice ayudan a aliviar las alergias humanas, aunque tienden a ser caros.
Usa agua tibia, no caliente. Un accesorio rociador facilita el humedecerlo y el enjuague del gato. Aplica el champú y páselo suavemente a través de su pelaje. Ten mucho cuidado de no meterle agua en los oídos o jabón en los ojos. Enjuaga a fondo y revisa los puntos difíciles (vientre, ingle y axilas) para ver si quedan restos de jabón. No debe sentir ninguna mancha «viscosa» después del enjuague.
Cuando tu gato esté bien enjuagado, exprime el exceso de agua de su pelaje y envuélvelo en una toalla. Me gusta usar una toalla para el envoltorio inicial, para absorber la mayor parte del agua y asegurar al gato mientras se asienta, y luego cambiar a una segunda toalla y – manteniendo un agarre firme – frotar suavemente para eliminar la mayor cantidad de agua posible. Dale a tu gato un regalo especial antes de que lo sueltes, recompénsalo por haber sido retenido, no por escapar.
También puedes usar un secador de pelo de baja temperatura (nunca caliente) para secarlo si tu gato lo permite. Y si tiene el pelo largo, cepíllalo mientras aún está húmedo.
Puede que tras el proceso, tu gato te odie un poco, o puede que no y que le encante, pero si es por su bien da igual que se enfurruñe.
